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23 junio 2011 4 23 /06 /junio /2011 06:09

Las imposiciones a plazo fijo o depósitos bancarios son el producto más conservador disponible en las entidades financieras, y aunque hay otros con una mayor rentabilidad potencial, conllevan un mayor riesgo a cambio. En este artículo se describen las características comunes a las imposiciones a plazo, indicando qué tipos pueden encontrarse disponibles en el mercado y ejemplos de los más rentables.

¿En qué consiste una imposición a plazo?

Las imposiciones o depósitos a plazo son un producto financiero mediante el que se acuerda el mantenimiento de un importe durante un tiempo determinado en la entidad bancaria, a cambio de una remuneración, ya sea en efectivo al tipo de interés pactado, o en especie, en el caso de recibir algún objeto a cambio, disponible a elegir de entre el catálogo de productos o regalos disponibles.

Las condiciones quedan reflejadas en un contrato que se ha de firmar por parte de la entidad y del cliente, por duplicado, siendo una copia para cada una de las partes, y conteniendo, como mínimo, las siguientes especificaciones:

  • La rentabilidad, es decir, el interés a percibir a cambio de la imposición.
  • La duración del depósito
  • La periodicidad de liquidación de los intereses (mensual, trimestral, semestral, a vencimiento, etc.)
  • Los importes mínimos y máximos para formalizar la imposición.
  • La posibilidad de cancelación anticipada total o parcial, y la penalización aplicable, en caso de haberla.
  • La ausencia o no de comisiones asociadas a otros productos vinculados al depósito, como pudiera ser una cuenta corriente o una tarjeta.

A continuación, se describen algunas modalidades de depósitos y varios ejemplos.

Tipos de imposiciones y ejemplos

En el caso de los depósitos remunerados en efectivo, el tipo de interés ofrecido puede ser el mismo durante todo el período de vigencia, o presentar distintos valores a lo largo de la vida del producto, siendo frecuente, por ejemplo, depósitos en los que el primer mes se remunera más que los demás meses, para hacer más atractivo el producto, o al revés, bonificando aquellos clientes que mantengan hasta el final su dinero, y percibiendo los mayores intereses en los últimos meses del contrato.

Por otro lado, también existen depósitos a interés variable, y que fluctúa dependiendo de la evolución de algún índice bancario, como por ejemplo, el euríbor.

Por último, algunos ejemplos de imposiciones a plazo con los intereses más atractivos, serían los depósitos flexibles de Tubancaja, con intereses entre en 3,75% y 4% entre 1 y 2 años, el depósito azul 15 de Ibanesto, al 3,25% tae (tasa anual equivalente) durante 15 meses, o el depósito activo anual al 3,80%.

Por tanto, antes de contratar una imposición, hay que valorar todas sus condiciones, para determinar la rentabilidad final que ofrece.

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Comentarios

L
Un gran blog, asias
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